Desbloquea el placer de moverte bien: ejercicios de movilidad que miman tus articulaciones
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Muévete
Hay una gran diferencia entre moverse… y moverse bien. Aunque quizá no te des cuenta, muchas de las molestias cotidianas —esa rigidez al levantarte del sofá, la sensación de que tus hombros se tensan demasiado, o incluso pequeños tirones— tienen una raíz común: la falta de movilidad articular.
La buena noticia es que puedes trabajarla y no hace falta que te lances al deporte de alto rendimiento, basta con hacerle un hueco a ejercicios simples pero poderosos que te devuelven una forma de moverte más fluida, ligera y agradable.
Ejercicios de movilidad: la base silenciosa del bienestar
A veces subestimamos su importancia porque no nos dejan sin aliento como una clase de cardio o no nos hacen sudar como una sesión de fuerza. Pero los ejercicios de movilidad son los grandes aliados para sentirnos bien cada día. Nos ayudan a prevenir lesiones, mejorar la postura, aumentar la flexibilidad y, sobre todo, a reconectar con nuestro cuerpo.
Y no se trata solo de cuidar las articulaciones con la edad: si practicas deporte con regularidad, los ejercicios de movilidad te ayudarán a rendir más. Si no lo haces, son una forma ideal de empezar.
Beneficios de practicar ejercicios de movilidad (aunque no seas atleta)
Más flexibilidad y amplitud de movimiento. Sí, sentirse “menos oxidada” es posible.
Mejor rendimiento físico. Todo se mueve mejor cuando las bases están bien engrasadas.
Prevención de lesiones. Especialmente en las zonas más vulnerables como caderas, hombros y espalda.
Fortalecimiento muscular. Porque moverse bien también activa los músculos.
Corrección postural. Tu cuerpo te lo agradecerá después de tantas horas en el escritorio.
- Relajación y bienestar. El movimiento consciente ayuda a soltar tensión física (y mental).
5 ejercicios de movilidad para empezar hoy mismo
1. El gato y la mesa
Un clásico para darle cariño a tu columna vertebral.
A cuatro patas, con manos bajo hombros y rodillas bajo caderas.
Inhala arqueando la espalda (saca pecho), exhala redondeando el torso (como un gato erizado).
Realiza el movimiento de forma fluida, conectando con tu respiración.
Haz entre 10 y 15 repeticiones.
2. Círculo de hombros
Ideal para liberar tensión acumulada en la parte alta del cuerpo.
Túmbate boca abajo, brazos extendidos en forma de T.
Sin levantar el pecho ni tocar el suelo, haz círculos con los brazos hacia delante y atrás, como si dibujaras un gran lazo.
Mantén el control y concéntrate en la movilidad del hombro.
Realiza 10 a 15 repeticiones.
3. Roll Down
Perfecto para desbloquear la columna y soltar rigidez.
De pie, brazos sueltos a los lados.
Baja vértebra a vértebra, dejando caer la cabeza y luego los hombros, como si “te desenrollaras”.
Sube lentamente, dejando la cabeza para el final.
Hazlo 10 veces, sin prisas.
4. El puente
Un reto suave para fortalecer y estirar.
Tumbado boca arriba, rodillas flexionadas, manos al suelo por encima de la cabeza.
Empuja con brazos y pies hasta levantar la cadera, arqueando la espalda.
Baja despacio, manteniendo la alineación.
Repite de 5 a 10 veces, según tu nivel.
5. Sentadilla del arquero
Un ejercicio funcional que potencia la cadera.
De pie, piernas separadas en forma de “V”.
Flexiona una rodilla y baja hacia ese lado, manteniendo la otra pierna estirada.
Cambia de lado en cada repetición.
Realiza 10 repeticiones por lado.
Un consejo extra: empieza suave, pero empieza
No necesitas hacerlos todos cada día. Comienza con dos o tres ejercicios y, a medida que te sientas más segura, puedes aumentar el número o añadir repeticiones. Lo importante es que sientas la diferencia que puede suponer dedicarte 15 minutos a ti misma, a tu cuerpo y a moverte con cariño.
Porque moverse bien es un placer… y tú te lo mereces.