image-blogpost-ponle-ritmo-a-tu-bienestar-todo-lo-que-la-danza-despierta-en-tu-cuerpo-y-en-ti-masthead

Ponle ritmo a tu bienestar: todo lo que la danza despierta en tu cuerpo (y en ti)

  • Baila

Bailar es mucho más que seguir el ritmo. Es una forma de expresarte, de liberar tensiones, de encontrarte con otras personas (y contigo misma). De hecho, al final el ritmo es lo de menos, no necesitas saber coreografías imposibles ni tener una técnica perfecta para disfrutarlo: solo hace falta un poco de música, un espacio donde te sientas libre y las ganas de moverte. Porque cuando el cuerpo se suelta, la mente respira. Y eso, a veces, es justo lo que necesitas para empezar a sentirte mejor.

La danza no entiende de edad ni de forma física. Solo importa lo bien que te hace sentir. Así que, si aún no te has animado a probarla o si necesitas una excusa para volver a tus zapatillas de baile, aquí tienes razones de sobra. Dale al play, sube el volumen y prepárate para descubrir por qué mover el cuerpo al compás de la música puede ser uno de tus mejores hábitos.

Beneficios de la danza

 

1. Te ayuda a conectar con otras personas (y contigo)

Aunque puedes bailar en casa frente al espejo (y está muy bien), la danza tiene algo especial cuando se convierte en experiencia compartida. Ir a clases, apuntarte a un taller o improvisar una coreografía con amigas abre la puerta a nuevas conexiones. Conocerás personas con las que compartes una misma pasión, reforzarás vínculos y ganarás confianza al moverte en un espacio común. Bailar también es lenguaje, incluso cuando sobran las palabras.

 

2. Sirve para fortalecer tu cuerpo de una forma divertida

Entre los beneficios más conocidos de bailar están los físicos, claro. No lo notas enseguida, pero está ahí: con cada sesión de baile mejoras tu resistencia cardiovascular, fortaleces músculos, activas tu circulación y das un respiro a tus articulaciones. Es un ejercicio aeróbico completo que, sin darte cuenta, te ayuda a trabajar piernas, abdomen, espalda… Todo, sin dejar de pasártelo bien.

 

3. Es perfecta para liberar el estrés del día

Si sientes que tu mente va a mil y te cuesta desconectar, tal vez lo que necesitas no sea parar, sino moverte. La danza ayuda a liberar tensiones acumuladas gracias al subidón de endorfinas que provoca. Basta con unos minutos bailando para que tus niveles de dopamina suban y la ansiedad baje. Es una vía rápida (y eficaz) para soltar el estrés y reconectar con esa parte tuya que solo quiere disfrutar.

4. Te hace sentir más segura y con mejor autoestima

No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo tuyo. El progreso se nota pronto: cada vez te sale mejor ese paso que antes costaba, cada día sientes más soltura, y esa sensación se traduce en confianza. Bailar mejora tu postura, tu expresión corporal y tu percepción de ti misma. Te hace sentir capaz. Y eso se nota también fuera de la pista.

 

5. Mejora tu coordinación y tus reflejos

Al principio puedes sentirte torpe, pero no te preocupes: la práctica hace milagros. La danza activa tu sistema neuromuscular y te ayuda a mejorar la coordinación entre cuerpo y mente. Con el tiempo, notarás que reaccionas más rápido, que te mueves con más agilidad y que tus movimientos fluyen con más naturalidad. Es un entrenamiento completo, pero sin la rigidez del ejercicio más convencional.

 

¡Baila más, preocúpate menos!

Incluir la danza en tu rutina es una de esas decisiones que lo cambian todo sin que te des cuenta. No necesitas una gran inversión ni mucho tiempo: un ratito al día basta para empezar. Así que prueba, experimenta, encuentra tu estilo.

 Recuerda que no se trata de hacerlo perfecto, sino de disfrutarlo. Tu cuerpo, tu mente (y tus emociones) te lo agradecerán.