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Tu energía tiene números: descubre cómo calcular tu gasto energético total

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¿Te has preguntado alguna vez cuánta energía consumes en tu día a día? Desde lo que gastas caminando hasta lo que tu cuerpo utiliza incluso cuando estás en reposo, todo suma.

Pero es que, además, conocer tu gasto energético no es solo una cuestión de curiosidad, puede convertirse en una herramienta práctica para entender cómo funciona tu organismo y ajustar tus hábitos a lo que realmente necesitas.

Aprender cómo calcular tu gasto energético puede ayudarte a marcarte metas más realistas, organizar tu alimentación y hasta descubrir si tu estilo de vida es más sedentario de lo que pensabas. Porque, en definitiva, no se trata de contar calorías sin sentido, sino de entender dónde va tu energía y cómo aprovecharla mejor.

Qué es el Gasto Energético Total (GET)

El Gasto Energético Total (GET) es la suma de toda la energía que tu cuerpo utiliza a lo largo del día.

Incluye desde funciones básicas como respirar o mantener la temperatura corporal hasta las actividades más intensas, como hacer deporte. Lo interesante es que no es una cifra fija: cambia según tu edad, tu peso, tu altura, tu genética e incluso tu estado emocional.

Por eso, lo ideal es consultar a un especialista para obtener un cálculo personalizado. Aunque, existen fórmulas de referencia que pueden orientarte y darte una idea bastante aproximada de cómo funciona tu cuerpo.

 

El Gasto Energético Basal (GEB)

La primera pieza del puzzle es el Gasto Energético Basal (GEB), también conocido como Tasa Metabólica Basal (TMB).

Este dato refleja la energía que consume tu cuerpo en reposo absoluto, simplemente para mantener las funciones vitales en marcha. Es decir, incluso cuando estás tumbada en el sofá sin moverte, tu organismo sigue gastando calorías para que tu corazón lata, tu cerebro piense y tus pulmones respiren.

El GEB varía en función de la edad, el sexo, el peso o la altura, y puede calcularse con fórmulas desarrolladas por la OMS y otros organismos de salud. Por ejemplo:

  • Mujeres de 18 a 30 años: GEB = 239 x (Peso en kg x 0,062 + 2,036)
  • Hombres de 18 a 30 años: GEB = 239 x (Peso en kg x 0,063 + 2,896)

Estos números son orientativos, pero sirven como punto de partida para entender de dónde parte tu energía diaria.

 

El Factor de Actividad (FA)

El siguiente paso es sumar el Factor de Actividad (FA), que representa todo lo que haces más allá del reposo. No es lo mismo pasar el día frente al ordenador que salir a correr, y ese extra de movimiento cambia por completo el resultado final.

De forma general, se suele utilizar la siguiente clasificación:

  • Mujer: actividad ligera (FA = 1,5), actividad moderada (FA = 1,8), actividad intensa (FA = 2,1)
  • Hombre: actividad ligera (FA = 1,6), actividad moderada (FA = 1,6), actividad intensa (FA = 1,8)

Al multiplicar tu GEB por tu FA, obtienes tu Gasto Energético Total. Así puedes saber, de forma bastante aproximada, cuánta energía consumes en un día normal.

 

La fórmula para calcular tu gasto energético total

El cálculo general sería así: GET = GEB x FA

Este resultado te da una cifra de referencia sobre tu consumo calórico diario. Es importante recordar que no es una ciencia exacta, ya que influyen muchos otros factores, como tu composición corporal o tu genética. Pero como orientación, es una manera muy útil de entender tu metabolismo y adaptar tus decisiones diarias.

El gasto energético y tu alimentación

 

 

Una vez conoces tu gasto energético, ajustar tu alimentación se vuelve mucho más sencillo. Si quieres perder peso, lo ideal es que tu ingesta calórica sea ligeramente inferior al GET. Si buscas ganar masa muscular, tendrás que aumentar tu consumo, siempre con alimentos de calidad que nutran y cuiden tu cuerpo.

Lo más importante es apostar por una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas de calidad y grasas saludables. Y aquí, el kiwi puede ser tu mejor aliado: es ligero, refrescante y te aporta vitaminas, fibra y antioxidantes que apoyan el buen funcionamiento de tu organismo sin sumar calorías innecesarias.

 

Calcular tu gasto energético no significa obsesionarte con los números, sino conocerte mejor. Es una herramienta práctica para tomar decisiones conscientes sobre tu alimentación, tu actividad física y tu descanso.

La próxima vez que te preguntes cómo calcular tu gasto energético, recuerda que la respuesta está en la combinación de lo que tu cuerpo necesita en reposo y lo que haces cada día para mantenerte activa. Porque cuando entiendes cómo funciona tu energía, es más fácil aprovecharla al máximo y sentirte en equilibrio.