Proteína animal o vegetal: descubre cómo elegir lo que mejor funciona para ti
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Las proteínas son una parte fundamental de tu organismo y están presentes en cada célula, en tus músculos, en tu piel y hasta en tu sistema inmunológico. Y, aunque cuando hablamos de ellas, solemos pensar primero en la carne o el pescado, la proteína vegetal tiene tanto peso como la de origen animal cuando hablamos de una alimentación equilibrada.
La diferencia está en sus matices: la proteína animal suele aportar aminoácidos completos, hierro o vitamina B12, mientras que la proteína vegetal suele estar acompañada de fibra, antioxidantes y compuestos que benefician tu digestión. Lo importante no es elegir un único bando, sino jugar con la variedad y el equilibrio para que tu cuerpo reciba lo mejor de los dos mundos.
Cómo equilibrar la proteína animal o vegetal en tu dieta

Lo ideal desde el punto de vista de la nutrición es que en tus menús convivan ambas fuentes. Si tomas pollo, pescado o huevos, acompáñalos con legumbres, cereales integrales o frutos secos. De esta forma, tu organismo se beneficia de todos los aminoácidos y nutrientes que necesita sin caer en excesos.
¿Y si decides reducir o eliminar las proteínas de origen animal? No pasa nada, pero es clave informarse bien y combinar distintos vegetales para cubrir los requerimientos de tu cuerpo. En cualquier caso, contar con la ayuda de un especialista te asegurará que tu dieta se ajusta a ti y a lo que necesitas en cada etapa de tu vida.
El kiwi y la digestión de las proteínas
Aquí entra en juego un aliado inesperado: el kiwi. Esta fruta contiene actinidina, una enzima que facilita la digestión de las proteínas, tanto animales como vegetales. Así, tu cuerpo aprovecha mejor lo que comes y tu estómago se siente más ligero. Un detalle sencillo, pero que marca la diferencia si buscas una alimentación más consciente y equilibrada.
5 alimentos ricos en proteínas para tus menús
Huevos
Un clásico en casi cualquier dieta. Cada unidad aporta unos 13 gramos de proteínas de calidad, además de vitaminas y minerales esenciales. Cocidos, en tortilla o pasados por agua: versátiles, nutritivos y fáciles de integrar.
Pollo
Es la carne blanca por excelencia. Una pechuga aporta unos 22 gramos de proteínas por cada 100, con poca grasa y gran capacidad de recuperación muscular. Ideal si entrenas con frecuencia.
Altramuces

Más que un aperitivo. Estos pequeños tesoros vegetales ofrecen unos 36 gramos de proteínas por cada 100, además de hierro, calcio y antioxidantes. Una opción sencilla para picar sano y nutritivo.
Soja
La reina de la proteína vegetal. Con 36 gramos por cada 100, es un imprescindible en dietas vegetarianas y veganas. Además, puedes consumirla de formas muy diferentes, como en tofu, tempeh, bebidas vegetales o incluso en brotes.
Queso parmesano
Aunque calórico, es una bomba de proteínas: 28 gramos por cada 100. Perfecto para dar un toque especial a platos de pasta, ensaladas o sopas, siempre con moderación.
La eterna pregunta “¿proteína animal o vegetal?” no tiene una única respuesta. Lo importante es combinar, variar y adaptarte a lo que tu cuerpo necesita en cada momento. Haz que en tu plato convivan ambas fuentes siempre que sea posible y no olvides sumar frutas como el kiwi para mejorar la digestión y aprovechar al máximo lo que comes.
Porque al final, no se trata de elegir entre una u otra, sino de darle a tu cuerpo el combustible completo que necesita para funcionar a pleno rendimiento.

 
                

